Página 114 - El Ministerio de la Bondad (1977)

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El Ministerio de la Bondad
que ser aliviados los afligidos y dolientes. Conocemos muy poco
del sufrimiento humano que existe en todas partes alrededor de no-
sotros, pero cuando tenemos oportunidad, deberíamos estar listos
[143]
para dar inmediata ayuda a aquellos que están bajo grave apremio.—
Manuscrito 25, 1894
.
La mano ayudadora de Dios para disminuir el sufrimiento
La obra de la reforma pro salud es el recurso del Señor para disminuir
el sufrimiento en nuestro mundo y para purificar su iglesia. Enseñad
a la gente que ella puede actuar como la mano ayudadora de Dios
cooperando con el Maestro en restaurar la salud física y espiritual.—
Testimonies for the Church 9:112, 113
.
Cada miembro debe echar mano de la obra médico-
misionera
—Hemos llegado a un tiempo en el cual cada miembro de
la iglesia debe hacer obra misionera médica. Este mundo se parece a
un hospital lleno de víctimas de enfermedades físicas y espirituales.
Por todas partes, hay gente que muere por carecer del conocimiento
de las verdades que nos han sido confiadas. Es necesario que los
miembros de la iglesia despierten y comprendan su responsabilidad
en cuanto a dar a conocer estas verdades.—
Joyas de los Testimonios
3:102
.
Una puerta de entrada en las grandes ciudades
—Por consi-
guiente, la obra médico-misionera debe ser proseguida con más celo
que nunca antes. Esta obra es la puerta por la cual la verdad debe
entrar en las grandes ciudades, y se deben establecer sanatorios en
diferentes lugares.—
Joyas de los Testimonios 3:366
.
Se ha de entrar en cada ciudad mediante obreros preparados para
hacer la obra médico-misionera.—
Testimonies for the Church 7:59
.
En cada ciudad grande debiera haber un cuerpo organizado de
obreros bien disciplinados. No solamente uno o dos sino veintenas
debieran iniciarse en el trabajo.—
Carta 34, 1892
.
[144]
Una parte de la obra de cada iglesia
—La obra médico-
misionera debiera tener sus representantes en cada lugar en relación
con el establecimiento de nuestras iglesias.—
Manuscrito 88, 1902
.
En cada ciudad donde tenemos una iglesia, se necesita un lugar
donde puedan darse tratamientos. En los hogares de nuestros miem-
bros de iglesia, hay unos pocos que tienen lugar y comodidades para
el debido cuidado de los enfermos. Debiera prepararse un lugar don-
de pudieran darse tratamientos para las enfermedades comunes. El