Página 117 - El Ministerio de la Bondad (1977)

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Parte 6—La acción de la sociedad de
beneficencia dorcas en la iglesia
En Jope había una [mujer llamada] Dorcas, cuyos hábiles dedos
eran más activos que su lengua. Sabía quiénes necesitaban
vestimenta adecuada y quiénes necesitaban simpatía, y atendía
liberalmente las necesidades de ambas clases. Y cuando murió
Dorcas, la Iglesia de Jope se dió cuenta de su pérdida. No es de
admirarse que gimieran y se lamentaran, ni de que cálidas
lágrimas cayeran sobre la arcilla inanimada. Ella era de tan gran
valor que, mediante el poder de Dios, fué rescatada del terreno del
enemigo para que su habilidad y energía pudieran ser todavía una
bendición para otros.
Es rara una paciencia tal, llena de oración y fidelidad perseverante,
como la que poseyeron esos santos de Dios. Sin embargo, la iglesia
no puede prosperar sin ella. Se la necesita en la iglesia, en la
escuela sabática y en la sociedad. Muchos se relacionan mediante
vínculos establecidos en la iglesia y conservan sin dominar sus
rasgos naturales de carácter, y en una crisis, cuando se necesita un
espíritu fuerte y esperanzado, se entregan al desánimo y añaden
cargas a la iglesia y no ven que esto es erróneo. La causa no
necesita de tales personas, pues no se puede confiar en ellas, pero
siempre hay necesidad de obreros firmes, temerosos de Dios, que no
desmayarán en el día de la adversidad.—
Testimonies for the
Church 5:304
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