Página 147 - El Ministerio de la Bondad (1977)

Basic HTML Version

Los pobres de la iglesia
143
dieres: que por ello te bendecirá Jehová tu Dios en todos tus hechos,
y en todo lo que pusieres mano. Porque no faltarán menesterosos
de en medio de la tierra; por eso yo te mando, diciendo: Abrirás
tu mano a tu hermano, a tu pobre, y a tu menesteroso en tu tierra”.
Deuteronomio 15:7-11
.
Por ciertas circunstancias, algunos de los que aman y obedecen
a Dios, se empobrecen. Los hay que no son cuidadosos ni saben
administrar sus cosas. Otros son pobres por causa de enfermedad
y desgracia. Cualquiera que sea la causa, sufren necesidad y auxi-
liarlos es un ramo importante de la obra misionera.—
Joyas de los
Testimonios 2:507-509
.
La pobreza puede provenir de circunstancias adversas
—No
siempre se ha considerado como una señal de ineficacia cuando,
debido a circunstancias adversas, la necesidad apremiante ha impul-
[189]
sado a un hermano a incurrir en deudas o sufrir por falta de alimento
y vestido, aun cuando no pudiera cancelar estas deudas, luchando
con todas sus fuerzas. Una mano ayudadora se ha extendido para los
tales, para colocarlos sobre sus pies, libres de embarazos, para que
pudieran hacer su obra en la viña del Señor y no ser oprimidos con
el pensamiento de que una nube de deudas estaba pendiendo sobre
ellos.—
Manuscrito 34, 1894
.
La responsabilidad de la iglesia o iglesias
—Es el deber de
cada iglesia hacer cuidadosos y juiciosos arreglos para la atención
de sus pobres y enfermos.—
Carta 169, 1901
.
Dios permite que sus pobres estén dentro de cada iglesia. Siem-
pre los habrá entre nosotros, y el Señor coloca sobre los miembros de
cada iglesia una responsabilidad personal en lo referente a cuidarlos.
No debemos transferir nuestra responsabilidad a otros. Debemos
manifestar hacia los que están entre nosotros el mismo amor y sim-
patía que Cristo manifestaría si estuviese en nuestro lugar. Seremos
así disciplinados y preparados para trabajar en las actividades de
Cristo.
El ministro debe educar a las diversas familias y fortalecer a la
iglesia para que atienda a sus propios enfermos y pobres. Debe poder
ejercitar las facultades que Dios ha dado a los hermanos, y si una
iglesia está recargada en este respecto las otras iglesias deben acudir
en su auxilio. Manifiesten los miembros de la iglesia tacto e ingenio
para cuidar de estos hijos del Señor. Niéguense los lujos y adornos