Página 179 - El Ministerio de la Bondad (1977)

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Capítulo 27—El cuidado de los huérfanos
Se necesitan padres y madres cristianos
—Hasta que la muerte
sea sorbida con victoria habrá huérfanos que cuidar, que sufrirán de
muchas maneras, si no se ejerce en su beneficio la tierna compasión
y bondadoso amor de nuestros miembros de iglesia. El Señor te pide
que “a los pobres errantes metas en casa”. Los cristianos deben pro-
porcionar padres y madres para estos desheredados. La compasión
por la viuda y el huérfano manifestada en oraciones y obras llegará
en memoria delante de Dios, para ser recompensada pronto.—
The
Review and Herald, 27 de junio de 1893
.
Cristo dice: cuidad a estos niños
—Criaturas sin padre ni ma-
dre son arrojadas en los brazos de la iglesia, y Cristo dice a sus
seguidores: Recibid a estos niños desheredados, acercadlos a mí, y
recibiréis vuestra recompensa. A este respecto, he visto la manifes-
tación de mucho egoísmo. A menos que haya una evidencia especial
de que
ellos mismos
se beneficiarían al adoptar en sus hogares a
los que los necesitan, algunos se apartan y contestan: No. Ellos no
parecen saber ni preocuparse si los tales se salvan o pierden. Piensan
que eso no es asunto suyo. Como Caín, dicen: “¿Soy yo guarda
de mi hermano?” No desean exponerse a molestias o hacer ningún
sacrificio por los huérfanos, y con indiferencia empujan a los tales
a los brazos del mundo, donde a veces hay quienes los reciben con
más voluntad que esos profesos cristianos. En el día del Señor se
preguntará por aquellos a quienes el cielo les dió la oportunidad
de salvarlos. Pero ellos quisieron excusarse, y no se empeñaron en
la buena obra a menos que no pudieran hacer de ella cuestión de
beneficio propio. Me fué mostrado que aquellos que rehusen la opor-
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tunidad de hacer el bien oirán de Jesús: “En cuanto no lo hicisteis a
uno de estos pequeñitos, ni a mí lo hicisteis”.—
Testimonies for the
Church 2:33
.
Abrid vuestros corazones y vuestros hogares
—Mi esposo y
yo, aunque llamados a la ardua labor del ministerio, sentimos como
nuestro privilegio el recoger en nuestro hogar algunos niños que
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