Página 191 - El Ministerio de la Bondad (1977)

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Los hijos adoptivos
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afecto, revela el hecho de que su corazón no está centrado en Cristo,
no está absorto en su obra.—
Manuscrito 35, 1896
.
¿Deben los ministros adoptar criaturas?
;mdash;Se ha preguntado
si la esposa de un ministro debe adoptar niños pequeños. Respondo:
Si ella no tiene inclinación ni idoneidad para dedicarse a la obra
misionera fuera de su casa, y siente que es su deber recibir niños
huérfanos y cuidarlos, puede hacer una buena obra. Pero elija los ni-
ños primero de entre los huérfanos hijos de observadores del sábado.
Dios bendecirá a hombres y mujeres que, con corazón voluntario,
compartan su hogar con estos niños desamparados.
Pero si la esposa del ministro puede desempeñar ella misma un
papel en la obra de educar a otros, debe consagrar sus facultades
a Dios como obrera cristiana. Debe auxiliar verdaderamente a su
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esposo, ayudándole en su trabajo, perfeccionando su intelecto y con-
tribuyendo a dar el mensaje. Está abierto el camino para que mujeres
humildes y consagradas, dignificadas por la gracia de Cristo, visiten
a los que necesitan ayuda e impartan luz a las almas desalentadas.
Pueden elevar a los postrados, orar con ellos y conducirlos a Cristo.
Las personas tales no deben dedicar su tiempo y fuerza a un im-
potente niño que requiere constante cuidado y atención. No deben
atarse así voluntariamente las manos.—
Joyas de los Testimonios
2:523
.
Quizá Dios haya retenido sus bendiciones
—Una familia bien
ordenada, bien disciplinada, tendrá una influencia poderosa para
el bien. Pero si vosotros no tenéis hijos propios, puede ser que el
Señor tenga un sabio propósito al no concederos esta bendición.
Ello no debe tomarse como evidencia de que es vuestro deber el
adoptar a un niño. En algunos casos eso puede ser aconsejable. Si
el Señor os alienta a cuidar de una criatura criándola, entonces el
deber es muy claro para que sea desatendido. Pero, por lo general,
no sería prudente que la esposa de un ministro se recargue con tal
responsabilidad. ...
Si la compañera de un ministro está identificada con su esposo
en la obra de salvar almas, ese es el más elevado trabajo que puede
realizar. Pero el cuidado de un pequeñito podría absorber su atención
a tal punto que no pudiera asistir a las reuniones y trabajar con éxito
en las visitas misioneras y el esfuerzo personal. Aun si acompaña a
su esposo, la criatura es muy a menudo el centro de los pensamientos