Página 190 - El Ministerio de la Bondad (1977)

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El Ministerio de la Bondad
que están en mayor necesidad de ayuda. Uds. no se han esforzado
para ayudar a los más necesitados, a los más desvalidos.
Si Uds. tuvieran hijos propios que demandaran sus cuidados,
afecto y amor, no se aislarían tanto en Uds. mismos y en sus propios
intereses. Si los que no tienen hijos y a quienes Dios ha hecho
mayordomos de medios, abrieran su corazón para cuidar a los niños
que necesitan amor, cuidado, afecto y ayuda con los bienes de este
mundo, serían mucho más felices de lo que son hoy. Mientras haya
jóvenes que no tengan el cuidado compasivo de un padre ni el tierno
amor de una madre, que estén expuestos a las corruptoras influencias
de estos últimos días, es el deber de alguien ocupar el lugar del padre
y de la madre para algunos de ellos. Aprended a darles amor, afecto
y simpatía.
Todos los que profesan tener un Padre en el cielo, que esperan
que cuidará de ellos y que finalmente los llevará al hogar que les
ha preparado, debieran sentir como una solemne obligación que
descansa sobre ellos el ser amigos de los que no tienen amigos y
ser padres de los huérfanos, ayudar a las viudas y ser de algún valor
práctico en este mundo para beneficiar a la humanidad. Muchos no
han contemplado estas cosas desde un ángulo correcto. Si viven
meramente para sí, no tendrán una fuerza mayor que la que esto
demanda.—
Testimonies for the Church 2:328, 329
.
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¿Es ésta la voluntad de Dios?
—El asunto de adoptar un hijo, espe-
cialmente cuando se trata de un niño, implica una responsabilidad
muy seria. No debiera considerarse livianamente. ... La pregunta
que cada uno debe resolver es: Al hacer esto, ¿estaré satisfaciendo
meramente mis propios deseos o es un deber que el Señor me ha
señalado? ¿Es éste el camino de Dios o un camino de mi propia elec-
ción? Todos han de ser obreros para Dios. Nadie queda excusado.
Vuestros talentos no son de vuestra propiedad, para emplearlos a
vuestro capricho. Preguntad: ¿Qué quiere el Señor que haga con los
talentos que me ha confiado?—
Manuscrito 35, 1896
.
Examinad los motivos
—Necesitamos escudriñar cuidadosa-
mente nuestro corazón y estudiar nuestros motivos. Quizá el egoísmo
mueva el deseo de hacer lo que parezca ser un acto desinteresado y
digno de alabanza. La razón por la cual muchos se sienten impulsa-
dos a desear adoptar un hijo, el anhelo de algo en lo cual localizar su