Página 215 - El Ministerio de la Bondad (1977)

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Parte 10—Los recursos financieros para la
obra de asistencia social
Para que el hombre no perdiese los bienaventurados resultados de
la benevolencia, nuestro Redentor ideó el plan de alistarlo como
colaborador suyo. Por un encadenamiento de circunstancias que
exige manifestaciones de caridad, concede al hombre el mejor
medio de cultivar la benevolencia, y lo mantiene dando
habitualmente para ayudar a los pobres y fomentar el adelanto de
su causa. Envía a sus pobres como representantes suyos. Por las
necesidades de estos últimos, un mundo arruinado está obteniendo
de nosotros talentos, recursos e influencia, destinados a presentar a
los hombres la verdad por cuya falta perecen. En la medida en que
atendemos estos pedidos mediante nuestro trabajo y generosidad,
nos vamos asemejando a Aquel que por nosotros se hizo pobre. Al
impartir, beneficiamos a otros y así acumulamos verdaderas
riquezas.—
Joyas de los Testimonios 1:361
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