Página 267 - El Ministerio de la Bondad (1977)

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Apéndice incidentes personales de Elena G. de White...
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para comprar un regalito para el enfermo. Nos desprendimos de una
considerable cantidad de ropa usada para ser arreglada.
Jueves, 21 de abril
—Trabajé en una alfombrita. Escribí una
carta a Daniel Bourdeau. Esta mañana hay un sentimiento de simpa-
tía entre algunos del rebaño para la familia del hermano Benedict.
Hemos contribuido con un óbolo para su ayuda, unos siete dólares.
Les compré diferentes comestibles y se los llevé. El hermano y la
hermana Benedict nos visitaron todo el día. Tuvimos una entrevista
muy interesante y agradable. Mi madre vino a verme, lo que me fué
un gran consuelo.
La asistencia social a través de los años
E. G. de White pide ayuda
—Queridos Hermanos y Hermanas:
La tesorería del fondo de pobres, consistente de ropas, etcétera, para
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los que están en necesidad, está casi exhausta. Y como hay casos de
pobreza extrema que se presentan continuamente, y uno nuevo se ha
presentado recientemente, pensé que sería bueno que los que tienen
ropas, ropa de cama o dinero que puedan dar, nos lo envíen aquí
inmediatamente. Esperamos que no haya demora, puesto que vamos
a ayudar a algunos necesitados, tan pronto como reunamos las cosas.
Envíen sus donaciones a la esposa del hermano Urías Smith o a
mí.—
The Review and Herald, 30 de octubre de 1860
.
Jaime White y Elena de White combinan la oración y el tra-
bajo
—Antes de que dispusiéramos de sanatorio alguno, mi esposo y
yo comenzamos la obra de carácter médico. Traíamos a nuestra casa
enfermos que habían sido desahuciados por los médicos. Cuando no
sabíamos qué hacer por ellos, orábamos a Dios muy fervientemente
y él siempre envió su bendición. El es el poderoso Sanador y trabajó
con nosotros. Nunca tuvimos tiempo ni oportunidad de seguir un
curso médico, pero tuvimos éxito al avanzar con el temor de Dios y
buscarlo en procura de sabiduría en cada paso. Esto nos dió valor en
el Señor.
Así combinábamos la oración y el trabajo. Usábamos los senci-
llos tratamientos con agua y luego tratábamos de que los pacientes
fijaran la mirada en el gran Sanador. Les decíamos lo que podíamos
hacer por ellos. Si podemos inspirar a los pacientes con esperanza,
esto es grandemente para ventaja de ellos. Deseamos que todos