52
El Ministerio de la Bondad
¿Por qué Pablo, un ministro de la más elevada categoría, vinculaba
así el trabajo mecánico con la predicación de la Palabra? ¿No era
el obrero digno de su salario? ¿Por qué dedicaba a hacer tiendas el
tiempo que a todas luces podía dedicarse a algo mejor?
Pablo no consideraba perdido el tiempo así empleado. Mientras
trabajaba con Aquila se mantenía en relación con el gran Maestro,
[67]
sin perder ninguna oportunidad para testificar a favor del Salvador y
ayudar a los necesitados. Su mente estaba constantemente en procura
de conocimiento espiritual. Daba instrucción a sus colaboradores en
las cosas espirituales, y ofrecía también un ejemplo de laboriosidad y
trabajo cabal. Era un obrero rápido y hábil, diligente en los negocios,
ardiente “en espíritu; sirviendo al Señor”. Mientras trabajaba en
su oficio, el apóstol tenía acceso a una clase de gente que de otra
manera no hubiera podido alcanzar. ...
Pablo trabajaba algunas veces noche y día, no solamente para su
propio sostén, sino para poder ayudar a sus colaboradores. Compartía
sus ganancias con Lucas, y ayudaba a Timoteo. Hasta sufría hambre
a veces, para poder aliviar las necesidades de otros. La suya era una
vida de abnegación.—
Los Hechos de los Apóstoles, 282, 283
.
El ejemplo práctico de Pablo de sostenerse con su trabajo
—
Pablo dió un ejemplo contra el sentimiento, que estaba entonces
adquiriendo influencia en la iglesia, de que el Evangelio podía ser
predicado con éxito solamente por quienes quedaran enteramente
libres de la necesidad de hacer trabajo físico. Ilustró de una manera
práctica lo que pueden hacer los laicos consagrados en muchos lu-
gares donde la gente no está enterada de las verdades del Evangelio.
Su costumbre inspiró en muchos humildes trabajadores el deseo de
hacer lo que podían para el adelanto de la causa de Dios, mientras se
sostenían al mismo tiempo con sus labores cotidianas. Aquila y Pris-
cila no fueron llamados a dedicar todo su tiempo al ministerio del
Evangelio; sin embargo, estos humildes trabajadores fueron usados
por Dios para enseñar más perfectamente a Apolos el camino de la
verdad. El Señor emplea diversos instrumentos para el cumplimiento
de su propósito; mientras algunos con talentos especiales son esco-
[68]
gidos para dedicar todas sus energías a la obra de enseñar y predicar
el Evangelio, muchos otros, a quienes nunca fueron impuestas las
manos humanas para su ordenación, son llamados a realizar una
parte importante en la salvación de las almas.