Página 57 - El Ministerio de la Bondad (1977)

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Las visitas. el modelo del Nuevo Testamento
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Hay un gran campo abierto ante los obreros evangélicos de
sostén propio. Muchos pueden adquirir una valiosa experiencia en
el ministerio mientras trabajan parte de su tiempo en alguna clase
de labor manual; y por este método pueden desarrollarse poderosos
obreros para un servicio muy importante en campos necesitados.—
Ibid. 286
.
Id con el espíritu de que estaba dotado Pablo
—Allegaos has-
ta vuestros prójimos uno a uno, acercaos muy junto a ellos hasta que
sus corazones se enfervoricen con vuestro interés y amor desintere-
sados. Simpatizad con ellos, orad con ellos, vigilad las oportunidades
que tengáis de hacerles bien y, en cuanto podáis, reunid a algunos
y abrid ante sus mentes entenebrecidas la Palabra de Dios. Mante-
neos vigilantes, como quien debe rendir cuenta por las almas de los
hombres y aprovechad al máximo los privilegios que Dios os da de
colaborar con él en su viña espiritual.
No descuidéis el hablar a vuestros prójimos, y realizar en su
favor todas las bondades que estén a vuestro alcance para que por
todos los medios podáis salvar a alguien. Necesitamos buscar el
espíritu que constriñó al apóstol Pablo a ir casa por casa, predicando
con lágrimas y enseñando el “arrepentimiento para con Dios y la
fe en nuestro Señor Jesucristo”.—
The Review and Herald, 13 de
marzo de 1888
.
Las primeras obras en la iglesia del Nuevo Testamento
—Las
primeras obras de la iglesia se vieron cuando los creyentes buscaron
a sus amigos, parientes y conocidos y, con corazones desbordantes
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de amor, contaron la historia de lo que Jesús era para ellos.—
Special
Testimonies, Series A 2:17
.
El éxito del plan del Nuevo Testamento
—Mientras más de
cerca se siga al plan del Nuevo Testamento en la obra misionera,
más éxito habrá en los esfuerzos que se hagan. Deberíamos trabajar
como lo hizo nuestro divino Maestro, sembrando las semillas de la
verdad con cuidado, ansiedad y abnegación. Debemos tener la mente
de Cristo para que no nos cansemos en el bien hacer. El tuvo una
vida de continuo sacrificio para bien de otros. Debemos seguir su
ejemplo.—
Testimonies for the Church 3:210
.
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