Diferentes formas de dar el evangelio a los vecinos
59
paralelo, como se ve en el mundo en la actualidad. Si cada miembro
de iglesia hubiera procurado iluminar a otros, miles de miles hoy
día estarían con el pueblo que observa los mandamientos de Dios.
Y no solamente en el mundo vemos los resultados patentes del
descuido de la iglesia de trabajar en los propósitos de Cristo. Debido
a este descuido, se ha provocado una situación en la iglesia que ha
eclipsado los elevados y santos intereses de la obra de Dios. Un
espíritu de crítica y amargura ha entrado en la iglesia y el discerni-
miento espiritual de muchos se ha ofuscado. Debido a esto la causa
de Cristo ha sufrido grandes pérdidas. Las inteligencias celestiales
han estado esperando para cooperar con los agentes humanos, pero
no hemos discernido su presencia.
Ya es sobrado tiempo de que nos arrepintamos. Todo el pueblo
de Dios debiera interesarse en la obra de hacer el bien. Debieran unir
el corazón y el alma en fervientes esfuerzos para elevar y alumbrar
a sus prójimos.—
Testimonies for the Church 6:296, 297
.
Buscando a los que deseen oír
—Hace varios años, durante una
visita previa al sur, mientras hacía un largo viaje, a veces preguntaba
quiénes ocupaban los hogares por los cuales pasábamos, y supe que
en muchas de las mansiones sureñas había hombres que ocupaban
importantes responsabilidades en la administración de grandes pro-
piedades. Al hacer más preguntas, supe que nadie había procurado
presentar a esos hombres la Palabra de vida. Nadie había ido a ellos
[77]
con la Biblia en la mano, para decirles: “Tenemos algo precioso
para Ud. y queremos que lo oiga”. Ahora me ha sido presentado
repetidas veces que ésta es una obra que debe ser hecha. Hemos de
ir por los caminos y por los vallados y llevar a la gente el mensaje
de la verdad que Cristo nos ha dado. Hemos de constreñir a muchos
para que entren.—
Manuscrito 15, 1909
.
Es de valor para Cristo que establezcamos relaciones
—Son
muchos los que han quedado sin esperanza. Devolvámosles la ale-
gría. Muchos se han desanimado. Dirijámosles palabras de aliento.
Oremos por ellos. Hay quienes necesitan el pan de vida. Leámosles
la Palabra de Dios. Muchos tienen el alma aquejada por una enfer-
medad que ningún bálsamo ni médico puede curar. Roguemos por
estas almas. Llevémoslas a Jesús. Digámosles que en Galaad hay
bálsamo y Médico.—
La Historia de Profetas y Reyes, 531
.