Página 73 - El Ministerio de la Bondad (1977)

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Bondad: la llave que abre los corazones
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mansedumbre y la persuasión pueden salvar al extraviado y cubrir
multitud de pecados.—
Ibid. 123
.
Fomentad el amor a la hospitalidad
—Al considerar vuestros
intereses eternos, despertaos y comenzad a sembrar la buena simien-
te. Lo que sembráis, segaréis también. Viene la cosecha: el gran
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tiempo de cosechar cuando recogeremos lo que hemos sembrado.
No habrá fracaso en la cosecha. La cosecha es segura. Ahora es el
tiempo de sembrar. Haced ahora esfuerzos para ser ricos en buenas
obras, “dadivosos, que con facilidad comuniquen; atesorando para
sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano a la vida eter-
na”. Os imploro, mis hermanos, por doquiera, despojaos de vuestra
frialdad de hielo. Fomentad en vosotros el amor a la hospitalidad,
un amor para ayudar a los que necesitan socorro.—
The Review and
Herald, 20 de abril de 1886
.
Revivid el espíritu del buen samaritano
—No ha habido mu-
cho del espíritu del buen samaritano en nuestras iglesias. Han sido
pasados por alto muchos necesitados, como el sacerdote y el levita
pasaron por alto al herido y magullado forastero que había sido
dejado moribundo a la vera del camino. Precisamente los que ne-
cesitaban el poder del Salvador divino para curar sus heridas, han
sido dejados sin atención e inadvertidos. Muchos han procedido
como si fuera suficiente saber que Satanás tenía su trampa toda lista
para un alma, y que ellos podían irse a casa y descuidar a la oveja
perdida. Es evidente que los que manifiestan un espíritu tal no han
sido participantes de la naturaleza divina, sino de los atributos del
enemigo de Dios.—
Testimonies for the Church 6:294, 295
.
Simpatía tanto como caridad
—Se me ha mostrado que entre
los que aceptan la verdad presente hay muchos cuyo temperamento
y carácter necesitan conversión. Todo el que pretende ser cristiano
debiera examinarse a sí mismo, y ver si es tan bondadoso y consi-
derado con sus prójimos como desea que sus prójimos sean con él.
Cuando se cumpla esto, habrá un proceder que será de acuerdo con
la similitud divina.
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El Señor es honrado por vuestros actos de misericordia, por el
ejercicio de la consideración bien meditada en favor de los infortu-
nados y desvalidos. El huérfano y la viuda necesitan más que nuestra
caridad. Necesitan simpatía, cuidado y palabras de compasión y una
mano ayudadora para colocarlos donde puedan aprender a ayudarse