Página 76 - El Ministerio de la Bondad (1977)

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El Ministerio de la Bondad
ginándoos ser más santos que ellos, y por acertado que sea vuestro
razonamiento o veraz vuestra palabra, no conmoverán los corazones.
El amor de Cristo, manifestado en palabras y obras, se abrirá camino
hasta el alma, cuando de nada valdría la reiteración de preceptos y
argumentos.—
El Ministerio de Curación, 121
.
Mostrad una cordial simpatía
—Necesitamos más simpatía
cristiana; y no simplemente simpatía para con aquellos que nos pa-
recen sin tacha, sino para con los pobres y los que padecen, para con
las almas que luchan y son muchas veces sorprendidas en sus faltas,
para con los que van pecando y arrepintiéndose, los tentados y des-
alentados. Debemos allegarnos a nuestros semejantes, conmovidos,
como nuestro misericordioso Sumo Sacerdote, por sus flaquezas
(
Ibid
.).
Trabajad de manera que desaparezca el prejuicio
—Mis her-
manos y hermanas, visitad a aquellos que viven cerca de vosotros
y con simpatía y bondad buscad de alcanzar sus corazones. Estad
seguros de trabajar en tal forma que eliminéis el prejuicio, en vez de
crearlo. Y recordad que los que conocen la verdad para este tiempo
y sin embargo limitan sus esfuerzos a sus propias iglesias, rehusan-
do trabajar para sus vecinos inconversos, serán llamados a rendir
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cuentas por los deberes no cumplidos.—
Testimonies for the Church
9:34, 35
.
Introducíos en los hogares cuando podáis
—Acercaos a la gen-
te; procurad la confianza de las familias cuando podáis; no esperéis
que la gente vaya a la caza del pastor.—
Carta 8, 1895
.
Los tres pasos importantes en el trabajo de casa en casa
—La
tarea ahora consiste en convencer a las almas de la verdad. La mejor
manera de hacer esto es mediante esfuerzos personales, llevando la
verdad a las casas de la gente, orando con ellas y exponiéndoles las
Escrituras.—
The Review and Herald, 8 de diciembre de 1885
.
La importancia de un apretón de manos
—Mucho depende de
la manera en que tratéis a aquellos a quienes visitáis. Al saludar a
una persona, podéis estrecharle la mano de tal manera que ganéis su
confianza en seguida, o de una manera tan fría que ella piense que
os es indiferente.—
Obreros Evangélicos, 202
.
Se necesita la cortesía cristiana
—Hay muchos que desean ser
cristianos, y si permitimos que comience su trabajo, la levadura se
posesionará de uno tras otro, a medida que el Espíritu de Dios obre