En el cuarto del enfermo
Los que cuidan a los enfermos deben comprender la importancia
de una debida atención a las leyes de la salud. En ninguna parte es
la obediencia a dichas leyes tan importante como en el cuarto del
enfermo. En ninguna otra circunstancia depende tanto de la fidelidad
en las cosas pequeñas como al atender a los enfermos. En casos de
enfermedad grave, un pequeño descuido, una leve negligencia en
el modo de considerar las necesidades o los peligros especiales del
paciente, una señal de temor, de agitación o de impaciencia, y hasta
una falta de simpatía, pueden decidir entre la vida y la muerte y
hacer descender a la tumba a un paciente que, de haberse procedido
de otro modo, hubiera podido reponerse.
La eficiencia de quien cuida a los enfermos depende, en buena
parte, de su vigor físico. Cuanto mejor sea su salud, mejor podrá
aguantar la tensión requerida para atender a los enfermos, y mejor
podrá desempeñar sus deberes. Los que cuidan a los enfermos deben
prestar atención especial al régimen alimenticio, al aseo, al aire
puro y al ejercicio. Un cuidado semejante por parte de la familia
la habilitará también para soportar la carga suplementaria que le es
impuesta y le ayudará a guardarse de contraer enfermedad.
En casos de grave enfermedad que requiera el cuidado de una
enfermera día y noche, la tarea debe ser compartida por dos bue-
nas enfermeras cuando menos, para que cada una de ellas pueda
descansar lo suficiente y hacer ejercicio al aire libre. Esto es particu-
larmente importante cuando resulta difícil asegurar abundancia de
aire puro en el cuarto del enfermo. Por desconocerse la importancia
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del aire puro, se restringe a veces la ventilación y corren peligro la
vida del paciente y la de quien lo cuida.
Con la debida precaución, no hay temor de contraer enfermeda-
des no contagiosas. Síganse buenos hábitos, y por medio del aseo y
la buena ventilación consérvese el cuarto del enfermo libre de ele-
mentos venenosos. Observando estos requisitos, el enfermo tendrá
muchas más probabilidades de sanar, y en la mayoría de los casos
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