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El Ministerio de Curacion
Debe repudiar la vida de pecado. Dios no puede bendecir a quien
siga acarreándose la enfermedad y el dolor, violando a sabiendas las
leyes del Cielo. Pero Cristo, por medio del Espíritu Santo, es poder
sanador para quienes dejan de hacer el mal y aprenden a hacer el
bien.
Los que no aman a Dios obrarán siempre contra los intereses
vitales del alma y del cuerpo; pero los que reconocen la importancia
de vivir obedeciendo a Dios en este mundo perverso consentirán en
desprenderse de todo hábito culpable. La gratitud y el amor llenarán
su corazón. Saben que Cristo es su amigo. En muchos casos, el
reconocimiento de que tienen semejante amigo significa más que el
mejor tratamiento para el restablecimiento de los que sufren. Pero
ambos aspectos del ministerio son esenciales y están estrechamente
unidos.
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