Página 181 - El Ministerio de Curacion (1959)

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En contacto con la naturaleza
El Creador escogió para nuestros primeros padres el ambiente
más adecuado para su salud y felicidad. No los puso en un palacio,
ni los rodeó de adornos y lujo artificiales que tantos hoy se afanan
por conseguir. Los colocó en íntimo contacto con la naturaleza, y en
estrecha comunión con los santos celestiales.
En el huerto que Dios preparó como morada de sus hijos, her-
mosos arbustos y delicadas flores halagaban la vista a cada paso.
Había árboles de toda clase, muchos de ellos cargados de fragante
y deliciosa fruta. En sus ramas entonaban las aves sus cantos de
alabanza. Bajo su sombra retozaban las criaturas de la tierra unas
con otras sin temor.
Adán y Eva, en su inmaculada pureza, se deleitaban en la con-
templación de las bellezas y armonías del Edén. Dios les señaló el
trabajo que tenían que hacer en el huerto, que era labrarlo y guar-
darlo. Véase
Génesis 2:15
. El trabajo cotidiano les proporcionaba
salud y contento, y la feliz pareja saludaba con gozo las visitas de
su Creador, cuando en la frescura del día paseaba y conversaba con
ellos. Cada día Dios les enseñaba nuevas lecciones.
El régimen de vida que Dios señaló a nuestros primeros padres
encierra lecciones para nosotros. Aunque el pecado haya echado
sus sombras sobre la tierra, Dios quiere que sus hijos encuentren
deleite en las obras que hizo. Cuanto más estrictamente se conforme
el hombre con el régimen del Creador, tanto más maravillosamente
obrará Dios para restablecer la humanidad doliente. Es preciso co-
locar a los enfermos en íntimo contacto con la naturaleza. La vida
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al aire libre en un ambiente natural hará milagros en beneficio de
muchos enfermos desvalidos y casi desahuciados.
El ruido, la agitación y la confusión de las ciudades, su vida
reprimida y artificial, cansan y agotan a los enfermos. El aire cargado
de humo y de polvo, viciado por gases deletéreos y saturado de
gérmenes morbosos, es un peligro para la vida. Los enfermos, los
más de ellos encerrados entre cuatro paredes, se sienten casi presos
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