Página 225 - El Ministerio de Curacion (1959)

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Estimulantes y narcóticos
Bajo el título de estimulantes y narcóticos se clasifica una gran
variedad de substancias que, aunque empleadas como alimento y be-
bida, irritan el estómago, envenenan la sangre y excitan los nervios.
Su consumo es un mal positivo. Los hombres buscan la excitación
de estimulantes, porque, por algunos momentos, producen sensa-
ciones agradables. Pero siempre sobreviene la reacción. El uso de
estimulantes antinaturales lleva siempre al exceso, y es un agente
activo para provocar la degeneración y el decaimiento físico.
Los condimentos
En esta época de apresuramiento, cuanto menos excitante sea el
alimento, mejor. Los condimentos son perjudiciales de por sí. La
mostaza, la pimienta, las especias, los encurtidos y otras cosas por
el estilo, irritan el estómago y enardecen y contaminan la sangre.
La inflamación del estómago del borracho se representa muchas
veces gráficamente para ilustrar el efecto de las bebidas alcohólicas.
El consumo de condimentos irritantes produce una inflamación
parecida. El organismo siente una necesidad insaciable de algo más
estimulante.
El té y el café
El té estimula y hasta cierto punto embriaga. Parecida resulta
también la acción del café y de muchas otras bebidas populares. El
primer efecto es agradable. Se excitan los nervios del estómago, y
esta excitación se transmite al cerebro, que, a su vez acelera la acti-
vidad del corazón, y da al organismo entero cierta energía pasajera.
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No se hace caso del cansancio; la fuerza parece haber aumentado.
La inteligencia se despierta y la imaginación se aviva.
En consecuencia, muchos se figuran que el té o el café les hace
mucho bien. Pero es un error. El té y el café no nutren el organismo.
Su efecto se produce antes de la digestión y la asimilación, y lo
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