El verdadero conocimiento de Dios
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él llama las aguas de la mar,
y sobre la haz de la tierra las derrama:
Jehová es su nombre.”
Amós 5:8
;
4:13
;
9:6
.
La creación de la tierra
La ciencia no puede explicar la creación. ¿Qué ciencia puede
explicar el misterio de la vida?
“Por la fe entendemos haber sido compuestos los siglos por la
palabra de Dios, siendo hecho lo que se ve, de lo que no se veía.”
Hebreos 11:3
.
“Yo: que formo la luz y crío las tinieblas, ...
yo Jehová que hago todo esto, ...
yo hice la tierra,
y crié sobre ella al hombre.
Yo, mis manos, extendieron los cielos,
y a todo su ejército mandé.”
“En llamándolos yo, parecieron juntamente.”
Isaías 45:6-12; 48:13.
En la creación de la tierra, nada debió Dios a la materia preexis-
tente. “El dijo, y fué hecho; él mandó, y existió.”
Salmos 33:9
. Todas
las cosas, materiales o espirituales, surgieron ante el Señor Jehová
cuando él habló, y fueron creadas para su propio designio. Los cielos
y todo su ejército, la tierra y todo lo que hay en ella, surgieron a la
existencia por el aliento de su boca.
En la creación del hombre resulta manifiesta la intervención de
un Dios personal. Cuando Dios hubo hecho al hombre a su imagen,
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el cuerpo humano quedó perfecto en su forma y organización, pero
estaba aún sin vida. Después, el Dios personal y existente de por sí
infundió en aquella forma el soplo de vida, y el hombre vino a ser
criatura viva e inteligente. Todas las partes del organismo humano
fueron puestas en acción. El corazón, las arterias, las venas, la lengua,
las manos, los pies, los sentidos, las facultades del espíritu, todo ello
empezó a funcionar, y todo quedó sometido a una ley. El hombre fué