Página 291 - El Ministerio de Curacion (1959)

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El verdadero conocimiento de Dios
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Tú haces alegrar las salidas de la mañana y de la tarde, ...
Tú coronas el año de tus bienes;
Y tus nubes destilan grosura.”
“Sostiene Jehová a todos los que caen,
y levanta a todos los oprimidos.
Los ojos de todos esperan en ti,
y tú les das su comida en su tiempo.
Abres tu mano,
y colmas de bendición a todo viviente.”
Jeremías 10:23; Proverbios
3:5, 6; Salmos 33:18, 19;
36:7; 146:5; 119:64; 33:5;
65:5-8, 11; 145:14-16.
La personalidad de Dios revelada en Cristo
Como ser personal, Dios se ha revelado en su Hijo. Esplendor
de la gloria del Padre “y la misma imagen de su sustancia,” Jesús,
como Salvador personal, vino al mundo. Como Salvador personal,
ascendió también al cielo. Como Salvador personal, intercede en las
cortes celestiales. Ante el trono de Dios intercede en nuestro favor
“Uno semejante al Hijo del Hombre.”
Hebreos 1:3
;
Apocalipsis 1:13
.
Cristo, la luz del mundo, veló el deslumbrante resplandor de su
divinidad y vino a vivir como hombre entre los hombres para que
ellos pudieran, sin ser consumidos, conocer a su Creador. Desde que
el pecado separó al hombre de su Hacedor, nadie vió jamás a Dios,
sino manifestado en Cristo.
“Yo y el Padre una cosa somos,” declaró Cristo. “Nadie conoció
al Hijo, sino el Padre; ni al Padre conoció alguno, sino el Hijo, y
aquel a quien el Hijo lo quisiere revelar.”
Juan 10:30
;
Mateo 11:27
.
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Cristo vino para enseñar a los seres humanos lo que Dios quiere
que sepan. Arriba en los cielos, abajo en la tierra, en las anchas
aguas del océano, vemos la obra de la mano de Dios. Todas las cosas
creadas atestiguan su poder, sabiduría y amor. No obstante, ni las
estrellas ni el océano ni las cataratas nos enseñarán a conocer la
personalidad de Dios tal como nos fué revelada en Cristo.
Dios vió que se necesitaba una revelación más clara que la
naturaleza para retratar a lo vivo su personalidad y carácter. Mandó