Página 297 - El Ministerio de Curacion (1959)

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El verdadero conocimiento de Dios
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“Nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo
la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la
misma semejanza.”
2 Corintios 3:18
.
De su propia vida dijo el Salvador: “He guardado los manda-
mientos de mi Padre.” “No me ha dejado solo el Padre; porque yo,
lo que a él agrada, hago siempre.”
Juan 15:10
;
8:29
. Lo que Cristo
fué en la naturaleza humana, quiere Dios que sean sus discípulos.
Con su fuerza hemos de vivir la vida de nobleza y pureza que el
Salvador vivió.
“Por esta causa—dice S. Pablo—doblo mis rodillas al Padre de
nuestro Señor Jesucristo, del cual es nombrada toda la parentela en
los cielos y en la tierra, que os dé, conforme a las riquezas de su
gloria, el ser corroborados con potencia en el hombre interior por su
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Espíritu. Que habite Cristo por la fe en vuestros corazones; para que,
arraigados y fundados en amor, podáis bien comprender con todos
los santos cuál sea la anchura y la longura y la profundidad y la
altura, y conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento,
para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.”
Efesios 3:14-19
.
“No cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos
del conocimiento de su voluntad, en toda sabiduría y espiritual in-
teligencia; para que andéis como es digno del Señor, agradándole
en todo, fructificando en toda buena obra, y creciendo en el cono-
cimiento de Dios: corroborados de toda fortaleza, conforme a la
potencia de su gloria, para toda tolerancia y largura de ánimo con
gozo.”
Colosenses 1:9-11
.
Tal es el conocimiento que Dios nos invita a recibir, y fuera del
cual todo otro es vanidad e insignificancia.
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