Página 303 - El Ministerio de Curacion (1959)

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Peligro que entraña el conocimiento especulativo
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tiéndelos como una tienda para morar: ...
¿A qué pues me haréis semejante? ...
dice el Santo.
Levantad en alto vuestros ojos,
y mirad quién crió estas cosas:
él saca por cuenta su ejército:
a todas llama por sus nombres;
ninguna faltará:
tal es la grandeza de su fuerza, y su poder y virtud.
¿Por qué dices, oh Jacob, y hablas tú, Israel:
Mi camino es escondido de Jehová,
y de mi Dios pasó mi juicio?
¿No has sabido,
no has oído
que el Dios del siglo es Jehová,
el cual crió los términos de la tierra?
No se trabaja, ni se fatiga con cansancio,
y su entendimiento no hay quien lo alcance.”
Isaías 40:12-28.
De las representaciones dadas por el Espíritu Santo a sus profetas,
aprendamos lo que es la grandeza de nuestro Dios. El profeta Isaías
escribe:
“En el año que murió el rey Uzzías vi yo al Señor sentado sobre
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un trono alto y sublime, y sus faldas henchían el templo. Y encima
de él estaban serafines: cada uno tenía seis alas; con dos cubrían
sus rostros, y con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. Y el
uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los
ejércitos: toda la tierra está llena de su gloria. Y los quiciales de las
puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se
hinchió de humo.
“Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; que siendo hombre
inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios
inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.
“Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un
carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas: y tocando con