Página 317 - El Ministerio de Curacion (1959)

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Lo falso y lo verdadero en la educación
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la cual mandó a nuestros padres
que la notificasen a sus hijos.”
“Contando a la generación venidera las alabanzas de Jehová,
y su fortaleza, y sus maravillas que hizo.”
“Para que lo sepa la generación venidera,
y los hijos que nacerán;
y los que se levantarán, lo cuenten a sus hijos;
a fin de que pongan en Dios su confianza.”
“La bendición de Jehová es la que enriquece,
y no añade tristeza con ella.”
Proverbios 22:17-21;
Salmos 78:5, 4, 6, 7;
Proverbios 10:22.
Así también presentó Cristo los principios de la verdad en el
Evangelio. En su enseñanza podemos beber de las fuentes puras que
manan del trono de Dios. Cristo hubiera podido comunicar a los
hombres conocimientos que hubieran sobrepujado cualquier revela-
ción anterior y dejado en segundo plano todo otro descubrimiento.
Hubiera podido desentrañar misterio tras misterio, y concentrar al-
rededor de estas maravillosas revelaciones el pensamiento activo y
serio de las generaciones sucesivas hasta el fin de los tiempos. Pero
ni por un momento quiso dejar de enseñar la ciencia de la salvación.
Apreció su tiempo, sus facultades y su vida y los empleó tan sólo co-
mo medios para realizar la salvación de los hombres. Vino a buscar
y salvar lo perdido, y no quiso desviarse de su propósito ni permitió
que cosa alguna le apartase de él.
Cristo comunicó únicamente el conocimiento que podía ser uti-
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lizado. Su instrucción se limitaba a lo que requería la condición
de la gente en la vida práctica. No satisfacía la curiosidad que la
inducía a dirigirle preguntas indiscretas. Aprovechaba más bien esas
ocasiones para dirigir llamamientos solemnes, fervientes y vitales.
A los que tenían ardientes deseos de coger frutos del árbol de la
ciencia, les ofrecía el del árbol de la vida. Todos los caminos les