Página 362 - El Ministerio de Curacion (1959)

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El Ministerio de Curacion
Deteneos en el umbral de la eternidad y oíd la misericordiosa
bienvenida dada a los que en esta vida cooperaron con Cristo y
consideraron como un privilegio y un honor sufrir por su causa. Con
los ángeles, echan sus coronas a los pies del Redentor, exclamando:
“El Cordero que fué inmolado es digno de tomar el poder y riquezas
y sabiduría, y fortaleza y honra y gloria y alabanza. ... Al que está
sentado en el trono, y al Cordero, sea la bendición, y la honra, y la
gloria, y el poder, para siempre jamás.”
Apocalipsis 5:12, 13
.
Allí los redimidos saludan a quienes los encaminaron hacia el
Salvador. Se unen en alabanzas a Aquel que murió para que los
humanos gozaran una vida tan duradera como la de Dios. Acabó
el conflicto. Concluyeron las tribulaciones y las luchas; los cantos
de victoria llenan todo el cielo, al rodear los rescatados el trono de
Dios. Todos entonan el alegre coro: “Digno, digno es el Cordero que
fué inmolado,” y que nos rescató para Dios.
“Miré, y he aquí una gran compañía, la cual ninguno podía con-
tar, de todas gentes y linajes y pueblos y lenguas, que estaban delante
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del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas,
y palmas en sus manos; y clamaban en alta voz, diciendo: Salva-
ción a nuestro Dios que está sentado sobre el trono, y al Cordero.”
Apocalipsis 7:9, 10
.
“Estos son los que han venido de grande tribulación, y han lavado
sus ropas, y las han blanqueado en la sangre del Cordero. Por esto
están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo:
y el que está sentado en el trono tenderá su pabellón sobre ellos. No
tendrán más hambre, ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni
otro ningún calor. Porque el Cordero que está en medio del trono
los pastoreará, y los guiará a fuentes vivas de aguas: y Dios limpiará
toda lágrima de los ojos de ellos.”
Vers. 14-17
. “Y la muerte no será
más; y no habrá más llanto, ni clamor, ni dolor: porque las primeras
cosas son pasadas.”
Apocalipsis 21:4
.
En el monte con Dios
Necesitamos tener siempre presente esta visión de las cosas
invisibles. Así comprenderemos el verdadero valor de las cosas
eternas y de las transitorias, y esto nos dará más poder para influir
en los demás a fin de que vivan una vida más elevada.