Página 82 - El Ministerio de Curacion (1959)

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El médico educador
El verdadero médico es educador. Reconoce su responsabilidad,
no sólo para con los enfermos que están bajo su cuidado personal,
sino también para con la población en que vive. Es guardián de la
salud física y moral. Su tarea no sólo consiste en enseñar métodos
acertados para el tratamiento de los enfermos, sino también en fo-
mentar buenos hábitos de vida y esparcir el conocimiento de sanos
principios.
Necesidad de dar enseñanza acerca de la salud
Nunca fué tan necesario como hoy dar educación en los prin-
cipios que rigen la salud. A pesar de los maravillosos adelantos
relacionados con las comodidades y el bienestar de la vida, y aun
con la higiene y el tratamiento de las enfermedades, resulta alarman-
te el decaimiento del vigor y de la resistencia física. Esto requiere la
atención de cuantos toman muy a pecho el bienestar del prójimo.
Nuestra civilización artificial fomenta males que anulan los sa-
nos principios. Las costumbres y modas están en pugna con la
naturaleza. Las prácticas que imponen, y los apetitos que alientan,
aminoran la fuerza física y mental y echan sobre la humanidad una
carga insoportable. Por doquiera se ven intemperancia y crímenes,
enfermedad y miseria.
Muchos violan las leyes de la salud por ignorancia, y necesitan
instrucción. Pero la mayoría sabe cosas mejores que las que práctica.
Debe comprender cuán importante es que rija su vida por sus conoci-
mientos. El médico tiene muchas oportunidades para hacer conocer
los principios que rigen la salud y para enseñar cuán importante es
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que se los ponga en práctica. Mediante acertadas instrucciones puede
hacer mucho para corregir males que causan perjuicios indecibles.
Una práctica que prepara el terreno para un gran acopio de enfer-
medades y de males aun peores es el libre uso de drogas venenosas.
Cuando se sienten atacados por alguna enfermedad, muchos no quie-
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