Para las necesidades diarias, 19 de abril
Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en
gloria en Cristo Jesús.
Filipenses 4:19
.
Todas las bendiciones se derraman sobre aquellos que mantienen una
unión vital con Jesucristo. Jesús no nos llama junto a sí sencillamente
para refrigerarnos con su gracia y presencia por unas pocas horas, y para
apartarnos después de su luz a fin de que caminemos lejos de él en tristeza
y desánimo. No, no. Nos dice que debemos morar con él y él con nosotros...
Confiad en él continuamente y no dudéis de su amor. Conoce todas nuestras
debilidades y lo que necesitamos. Nos dará gracia suficiente para cada
día.—
Hijos e Hijas de Dios, 193
.
Únicamente los que estén recibiendo constantemente nueva provisión
de gracia, tendrán una fuerza proporcional a su necesidad diaria y a su
capacidad de emplearla. En vez de esperar algún tiempo futuro en que,
mediante el otorgamiento de un poder espiritual especial, sean milagrosa-
mente hechos idóneos para ganar almas, se entregan diariamente a Dios,
para que los haga vasos dignos de ser empleados por él. Diariamente están
a su alcance. Diariamente están testificando por el Maestro dondequiera
que estén, ora sea en alguna humilde esfera de trabajo o en el hogar, o en
un ramo público de utilidad.
Para el obrero consagrado es una maravillosa fuente de consuelo el saber
que aun Cristo durante su vida terrenal buscaba a su Padre diariamente en
procura de nuevas provisiones de gracia necesaria; y de esta comunión con
Dios salía para fortalecer y bendecir a otros...
Todo obrero que sigue el ejemplo de Cristo será preparado para recibir
y usar el poder que Dios ha prometido a su iglesia para la maduración de la
mies de la tierra. Mañana tras mañana, cuando los heraldos del Evangelio
se arrodillan delante del Señor y renuevan sus votos de consagración, él les
concede la presencia de su Espíritu con su poder vivificante y santificador.
Y al salir para dedicarse a los deberes diarios, tienen la seguridad de que
el agente invisible del Espíritu Santo los capacita para ser colaboradores
juntamente con Dios.—
Los Hechos de los Apóstoles, 45, 46
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