Página 151 - La Maravillosa Gracia de Dios (1973)

Basic HTML Version

No sustituye a la ley, 16 de mayo
¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la
gracia? En ninguna manera.
Romanos 6:15
.
La sofistería de Satanás consiste en hacer creer que la muerte de Cristo
trajo la gracia que reemplazó a la ley. La muerte de Cristo no cambia o anula
o debilita en el menor grado la ley de los Diez Mandamientos. Esa preciosa
gracia ofrecida al hombre por medio de la sangre de Cristo, establece la ley
de Dios. Desde la caída del hombre, el gobierno moral de Dios y su gracia
son inseparables. Van de la mano a través de todas las dispensaciones.—
Fe
por la Cual Vivo, 91
.
El Evangelio del Nuevo Testamento no es la norma rebajada del An-
tiguo para ponerla a nivel del pecador y salvarlo en sus pecados. Dios
requiere obediencia de todos sus súbditos, obediencia total a todos sus
mandamientos.—
The S.D.A. Bible Commentary 6:1072
.
Jesús fue tentado en todo como nosotros, para que pudiera saber cómo
socorrer a los que son tentados. Su vida es nuestro ejemplo. Muestra por su
obediencia voluntaria que el hombre puede guardar la ley de Dios y que la
transgresión de la ley, no la obediencia a ella, lo somete a servidumbre...
El hombre que ha deshecho la imagen de Dios en su alma mediante una
vida corrompida, no puede efectuar un cambio radical en sí mismo mediante
el mero esfuerzo humano. Debe aceptar las provisiones del Evangelio;
debe reconciliarse con Dios por medio de la obediencia a su ley y la fe
en Jesucristo. De allí en adelante su vida será gobernada por un nuevo
principio... Debe afrontar el espejo, la ley de Dios, distinguir los defectos
de su carácter moral, y poner de lado sus pecados, lavando las vestimentas
de su carácter en la sangre del Cordero...
La influencia de una esperanza evangélica no inducirá al pecador a
considerar la salvación de Cristo como un asunto de libre gracia, mientras
continúa viviendo en transgresión a la ley de Dios. Cuando la luz de la
verdad amanezca en su mente y entienda plenamente los requerimientos de
la ley de Dios y comprenda la amplitud de sus transgresiones, reformará
sus caminos, llegará a ser leal a Dios por medio de la fortaleza obtenida de
su Salvador, y vivirá una vida pura y nueva.—
Testimonies for the Church
4:295
.
[145]
147