Implica la edificación del carácter, 18 de mayo
Vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo
adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os
llamó de las tinieblas a su luz admirable.
1 Pedro 2:9
.
La obediencia a las leyes de Dios desarrolla en el hombre un carácter
hermoso que está en armonía con todo lo puro, lo santo, y lo incontaminado.
En la vida de tales hombres se revela el Evangelio de Cristo. Al aceptar la
misericordia de Cristo y su sanamiento del poder del pecado, el hombre
queda en correcta relación con Dios. Su vida, purificada de la vanidad y
el egoísmo, se llena del amor del Padre. Su diaria obediencia a la ley del
Señor le brinda un carácter que le asegura la vida eterna en el reino de
Dios.—
Hijos e Hijas de Dios, 44
.
Sin embargo, Cristo no nos ha dado la seguridad de que sea asunto fácil
lograr la perfección del carácter. Un carácter noble se obtiene mediante
esfuerzos individuales, realizados por los méritos y la gracia de Cristo.
Dios da los talentos, las facultades mentales; nosotros formamos el carácter.
Lo desarrollamos sosteniendo rudas y severas batallas contra el yo. Hay
que sostener conflicto tras conflicto contra las tendencias hereditarias. Ten-
dremos que criticarnos a nosotros mismos severamente, y no permitir que
quede sin corregir un solo rasgo desfavorable.—
Palabras de Vida del Gran
Maestro, 310
.
La verdad no es verdad para el que no revela, por su elevado carácter
espiritual, un poder que está más allá de lo que el mundo puede dar, una
influencia que corresponda, en su carácter sagrado y peculiar, a la verdad
misma. El que es santificado por la verdad, ejercerá una influencia salvadora
y vital sobre todos los que se relacionan con él. Esta es la religión de la
Biblia.—
Testimonios para los Ministros, 384, 385
.
Necesitamos de continuo una nueva revelación de Cristo, una experien-
cia diaria que armonice con sus enseñanzas. Altos y santos resultados están
a nuestro alcance. El propósito de Dios es que progresemos siempre en
conocimiento y virtud. Su ley es eco de su propia voz, que dirige a todos
la invitación: “Sube más arriba: Sé santo, cada vez más santo”. Cada día
podemos adelantar en la perfección del carácter cristiano.—
El Ministerio
de Curación, 403
.
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