Requiere pureza, 19 de mayo
Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación.
1
Tesalonicenses 4:7
.
La vida es un don de Dios. Nuestros cuerpos nos han sido dados para
emplearlos en el servicio de Dios y él desea que los cuidemos y apreciemos.
Poseemos tanto facultades físicas como mentales. Nuestros impulsos y
nuestras pasiones tienen su asiento en el cuerpo, y por lo tanto no debemos
hacer nada que contamine esta posesión que se nos ha confiado. Nuestros
cuerpos deben ser conservados en la mejor condición física posible, y bajo
la más espiritual de las influencias, de modo que podamos usar nuestros
talentos de la mejor manera posible. Lea
1 Corintios 6:13
.—
Counsels on
Health, 41
.
Nuestros cuerpos pertenecen a Dios. Pagó el precio de la redención tanto
por el cuerpo como por el alma... Dios es el gran encargado del mecanismo
humano. Al cuidar de nuestros cuerpos debemos colaborar con él. El amor
a Dios es esencial para la vida y la salud. Para gozar de perfecta salud
nuestros corazones deben estar llenos de esperanza, amor y gozo.
Las pasiones inferiores deben ser estrictamente dominadas. Se abusa,
se abusa terriblemente de las facultades de percepción cuando se permite
que las pasiones se desboquen. Cuando se da rienda suelta a las pasiones,
la sangre, en lugar de circular por todas partes del cuerpo, aliviando de
ese modo el corazón y aclarando la mente, congestiona indebidamente los
órganos internos. El resultado de ello es la enfermedad. El hombre no puede
gozar de salud hasta que el mal no sea descubierto y remediado.
“El que se une al Señor—unido a Cristo por el pacto de la gracia—un
espíritu es con él. Huid de la fornicación”.
1 Corintios 6:17, 18
. No os
detengáis ni por un momento a argumentar. Satanás se regocijará de veros
derribados por la tentación. No os detengáis a discutir el caso con vuestra
débil conciencia. Apartaos del primer paso hacia la transgresión.
Ojalá el ejemplo de José fuera seguido por todos los que pretenden ser
sabios, que se sienten competentes en su propia fortaleza para cumplir los
deberes de la vida.—
Ibid. 586-588
.
[148]
150