Página 290 - La Maravillosa Gracia de Dios (1973)

Basic HTML Version

Herederos de la inmortalidad, 27 de septiembre
Para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos
conforme a la esperanza de la vida eterna.
Tito 3:7
.
Cada petición ferviente por gracia y fortaleza será contestada... Pedid
a Dios todas esas cosas que no podéis hacer solos. Contadle todo a Jesús.
Exponed abiertamente ante él los secretos de vuestro corazón; porque su
ojo escudriña los recintos más íntimos del alma y lee vuestros pensamientos
como si fueran un libro abierto. Cuando hayáis pedido lo que sea necesario
para el bien de vuestra alma, creed que lo recibiréis, y os vendrá. Aceptad
sus dones de todo corazón; porque Jesús murió para que vosotros pudierais
poseer los tesoros del cielo.—
Meditaciones Matinales, 16
.
Los jóvenes no deben suponer que pueden seguir viviendo vidas descui-
dadas y caprichosas, sin procurar preparación alguna para el reino de Dios, y
no obstante permanecer firmes por la verdad en tiempo de prueba. Es nece-
sario que traten fervorosamente de lograr en su vida la perfección que revela
la vida del Salvador, de manera que cuando Cristo venga, estén preparados
para entrar por las puertas de la ciudad de Dios. El amor abundante y la
presencia de Dios en el corazón nos proporcionarán la facultad del dominio
propio y modelarán la mente y el carácter. La gracia de Cristo dentro de
nuestra vida dirigirá los ideales, propósitos y talentos hacia conductos que
nos proporcionarán poder moral y espiritual: poder éste que los jóvenes no
tendrán que dejar en este mundo, sino que llevarán consigo al entrar en la
vida futura, y retendrán en el transcurso de los siglos eternos.—
Ibid. 72
.
Todo el cielo está interesado en los hombres y las mujeres a quienes
Dios ha valorado hasta el extremo de entregar a su amado Hijo para que
muriera a fin de redimirlos. Ninguna otra criatura que Dios haya hecho es
capaz de alcanzar tal perfección, tal refinamiento y tanta nobleza como el
hombre. Pero cuando los hombres se embotan por causa de sus pasiones
degradantes, y se hunden en el vicio, ¡qué ejemplar contempla Dios! El
hombre no logra formarse una idea de lo que podría ser y hasta dónde
podría llegar. Mediante la gracia de Cristo es capaz de constante progreso
mental.—
In Heavenly Places, 195
.
[279]
286