¿A quiénes se elegirá? 8 de diciembre
Los sabios heredarán honra.
Proverbios 3:35
.
Dios ha elegido un carácter que está en armonía con su ley, y todo el que
alcance la norma requerida, entrará en el reino de la gloria. Cristo mismo
dijo: “El que cree en el Hijo, tiene vida eterna; mas el que es incrédulo al
Hijo, no verá la vida”.
Juan 3:36
. “No todo el que me dice: Señor, Señor,
entrará en el reino de los cielos: mas el que
hiciere la voluntad de mi
Padre
que está en los cielos”.
Mateo 7:21
. Y en el Apocalipsis declara:
“Bienaventurados los que guardan sus mandamientos, para que su potencia
sea en el árbol de la vida, y que entren por las puertas en la ciudad”.
Apocalipsis 22:14
. En cuanto a la redención final del hombre, ésta es la
única elección que nos enseña la Palabra de Dios.
Es elegida toda alma que labre su propia salvación con temor y temblor.
Es elegido el que se ponga la armadura y pelee la buena batalla de la fe. Es
elegido el que vele en oración, el que escudriñe las Escrituras, y huya de
la tentación. Es elegido el que tenga fe continuamente, y el que obedezca
a cada palabra que sale de la boca de Dios. Las
medidas
tomadas para
la redención se ofrecen gratuitamente a todos, pero los
resultados
de la
redención serán únicamente para los que hayan cumplido las condiciones.—
Historia de los Patriarcas y Profetas, 207, 208
.
Satanás procura siempre pervertir lo que Dios ha dicho, a fin de cegar la
mente y oscurecer el entendimiento, y así inducir a los hombres a pecar. Por
esta razón es Dios tan explícito y presenta sus exigencias con tanta claridad
que nadie necesita equivocarse. Dios procura constantemente atraer a los
hombres a sí mismo y ponerlos bajo su protección, para que Satanás no
ejerza sobre ellos su poder cruel y engañoso. Condescendió a hablarles con
su propia voz, y a escribir con su propia mano los oráculos vivientes. Y
estas palabras bienaventuradas, todas henchidas de vida y luminosas de
verdad, son confiadas a los hombres como una guía perfecta...
Cada capítulo y cada versículo de la Biblia es una comunicación directa
de Dios a los hombres. Debiéramos atar sus preceptos en nuestras manos
como señales y como frontales entre nuestros ojos.—
Ibid. 537, 538
.
[351]
363