Página 368 - La Maravillosa Gracia de Dios (1973)

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Preparándonos para vivir con los ángeles, 9 de diciembre
Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que
presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios,
que es vuestro culto racional.
Romanos 12:1
.
No tenemos duda... de que las doctrinas que sostenemos actualmente
son la verdad presente y que nos estamos acercando al juicio. Nos estamos
preparando para salir al encuentro de Aquel que, flanqueado por una escolta
de santos ángeles, ha de aparecer en las nubes del cielo para dar a los fieles
y a los justos el toque final de la inmortalidad...
Abrazamos la verdad de Dios con todas nuestras diferentes facultades,
y al ponernos bajo la influencia de esa verdad, cumplirá en nosotros la
obra necesaria para darnos idoneidad moral para el reino de gloria y para la
sociedad de los ángeles celestiales. Estamos actualmente en el taller de Dios.
Muchos de nosotros somos rudas piedras de la cantera. Pero al inclinarnos
sobre la verdad de Dios su influencia nos afecta. Nos eleva y elimina de
nosotros toda imperfección y todo pecado, de cualquier naturaleza que sean.
De este modo nos preparamos para ver al Rey en su hermosura y finalmente
para unirnos con los puros ángeles celestiales en el reino de gloria. Allí se
cumplirá esa obra en favor de nosotros, allí nuestros cuerpos y espíritus
serán hechos idóneos para la inmortalidad.
Estamos en un mundo opuesto a la justicia y a la pureza de carácter y
al crecimiento en la gracia. Doquiera miremos vemos corrupción y con-
taminación, deformidad y pecado. ¿Y qué obra debemos emprender aquí
justamente antes de recibir la inmortalidad? Preservar la santidad de nues-
tros cuerpos, la pureza de nuestros espíritus para que podamos permanecer
sin mancha en medio de la corrupción que bulle alrededor de nosotros en
estos últimos días.—
Testimonies for the Church 2:355, 356
.
Es imposible que hombres y mujeres, con todos sus hábitos pecamino-
sos, destructores de la salud y enervadores del cerebro, puedan discernir
la verdad sagrada, por medio de la cual han de ser santificados, refinados,
elevados, y hechos idóneos para la sociedad con los ángeles celestiales en
el reino de gloria.—
Ibid. 3:162
.
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