Página 52 - La Maravillosa Gracia de Dios (1973)

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Rige sobre todas las naciones, 11 de febrero
Y conozcan que tu nombre es Jehová; tú solo Altísimo sobre toda la
tierra.
Salmos 83:18
.
En los anales de la historia humana, el crecimiento de las naciones, el
levantamiento y la caída de los imperios, parecen depender de la voluntad y
proezas del hombre. Los sucesos parecen ser determinados, en gran parte,
por su poder, ambición o capricho. Pero en la Palabra de Dios se descorre
el velo, y contemplamos detrás, encima, y entre la trama y urdimbre de
los intereses, las pasiones y el poder de los hombres, los agentes del Ser
misericordioso, que ejecutan silenciosa y pacientemente los consejos de la
voluntad de Dios...
Se ha permitido a toda nación que ha subido al escenario de acción, ocu-
par su lugar en la tierra a fin de ver si cumpliría el propósito del “Vigilante
y Santo”.
Daniel 4:17
... Aunque las naciones rechazaron los principios de
Dios y provocaron con este rechazamiento su propia ruina, quedó manifiesto
que el propósito divino predominaba y obraba en todos sus movimientos...
Una maravillosa representación simbólica dada al profeta Ezequiel du-
rante su destierro en la tierra de los caldeos, enseña esta lección [capítulos
1 al 10]... Cuatro seres vivientes hacían mover numerosas ruedas entrecru-
zadas... Las ruedas eran de un arreglo tan complicado que a primera vista
parecían estar en confusión; pero se movían en perfecta armonía. Las ruedas
eran empujadas por seres celestiales, sostenidos y guiados por la mano que
había debajo de los querubines; sobre ellos, en el trono de zafiro, estaba
el Eterno, y alrededor del trono, un arco iris, emblema de la misericordia
divina.
Así como la complicada semejanza de ruedas estaba bajo la dirección
de la mano que había debajo de las alas de los querubines, el complicado
desarrollo de los sucesos humanos está bajo el gobierno divino. En medio
de la lucha y el tumulto de las naciones, Aquel que se sienta por encima de
los querubines, dirige aún los asuntos terrenales...
Dios ha asignado un lugar en su gran plan a toda nación y todo individuo
de hoy día... Todos deciden su destino por propia elección, y Dios dirige
todo para la ejecución de sus propósitos.—
La Educación, 169, 172-174
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