Página 55 - La Maravillosa Gracia de Dios (1973)

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Hijos de Dios, 14 de febrero
A todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio
potestad de ser hechos hijos de Dios.
Juan 1:12
.
Cuando el pecado de Adán hundió a la raza en la miseria y la deses-
peración, Dios podría haberse separado de los caídos pecadores. Podría
haber enviado a sus ángeles para que derramaran sobre nuestro mundo las
copas de su ira. Podría haber hecho desaparecer esta oscura mancha del
universo. Pero no lo hizo. En lugar de echarlos de su presencia, se acercó
más a la raza caída. Dio a su Hijo para que llegara a ser hueso de nuestro
hueso y carne de nuestra carne. “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó
entre nosotros... lleno de gracia y de verdad”.
Juan 1:14
. Cristo, mediante su
relación con los seres humanos, puso al hombre más cerca de Dios todavía.
Revistió su naturaleza divina con el manto de la humanidad, y demostró
ante el universo celestial, ante los mundos no caídos, cuánto ama Dios a los
hijos de los hombres.
El don de Dios en favor del hombre excede a todo cálculo. Nada se
escatimó. Dios no podía permitir que se dijera que podía haber hecho algo
más, que podía revelar a la humanidad un amor mayor. En el don de Cristo,
dio todo el cielo.—
Hijos e Hijas de Dios, 13
.
La filiación divina no es algo que obtenemos por nosotros mismos.
Sólo a los que reciben a Cristo como su Salvador se les da la facultad de
llegar a ser hijos e hijas de Dios. El pecador no puede librarse del pecado
por ningún poder inherente... Pero la promesa de la filiación se brinda a
todos aquellos que “creen en su nombre”. Todo el que venga a Jesús con fe,
recibirá perdón.—
Ibid. 14
.
Dios se iba a manifestar en Cristo, “reconciliando el mundo a sí”.
2
Corintios 5:19
. El hombre se había envilecido tanto por el pecado que le
era imposible por sí mismo ponerse en armonía con Aquel cuya naturaleza
es bondad y pureza. Pero después de haber redimido al mundo de la conde-
nación de la ley, Cristo podría impartir poder divino al esfuerzo humano.
Así, mediante el arrepentimiento ante Dios y la fe en Cristo, los caídos
hijos de Adán podrían convertirse nuevamente en “hijos de Dios”.
1 Juan
3:2
.—
Historia de los Patriarcas y Profetas, 49
.
Cuando un alma recibe a Cristo, recibe poder para vivir la vida de
Cristo.—
Palabras de Vida del Gran Maestro, 298
.
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