Página 145 - Mensajes para los J

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40—El ejercicio de la voluntad
La religión pura tiene que ver con la voluntad. La voluntad es
el poder que gobierna en la naturaleza del hombre, poniendo a las
demás facultades bajo su dominio. La voluntad no es el gusto ni la
inclinación, sino el poder de decidir que actúa en los hijos de los
hombres para obediencia o desobediencia a Dios.
La inestabilidad y la duda
Eres un joven inteligente; deseas hacer de tu vida algo que al fin
te haga apto para el cielo. Con frecuencia te desanimas al encontrarte
débil en poder moral, esclavo de la duda y gobernado por los hábitos
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y las costumbres de tu antigua vida de pecado. Encuentras que tus
emociones te contradicen, a tus mejores resoluciones, y a tus más
solemnes promesas. Nada parece real. Tu propia inestabilidad te
induce a dudar de la sinceridad de los que quisieran hacerte bien.
Cuanto más luchas en la duda, más irreal te parece todo, hasta el
punto de creer que en ninguna parte hallarás terreno sólido. Tus
promesas son como telarañas, y consideras a la misma luz irreal las
palabras y las acciones de aquellos en quienes deberías confiar.
La fuerza obtenida por la sumisión de la voluntad
Estarás en constante peligro hasta que comprendas la verdadera
fuerza de la voluntad. Podrás creer y prometer todas las cosas, pero
tus promesas o tu fe no tendrán valor hasta que hayas puesto la
voluntad del lado de la fe y la acción. Si peleas la batalla de la fe
con toda la fuerza de tu voluntad, vencerás. No puedes confiar en tus
sentimientos, tus impresiones, tus emociones, pues no son dignos de
confianza, especialmente por tus ideas pervertidas; y el conocimiento
de tus promesas quebrantadas y tus votos no cumplidos debilita tu
confianza en ti mismo y la fe de otros en ti.
Pero no tienes por qué desesperar. Debes estar resuelto a creer,
aunque nada te parezca real ni verdadero. No necesito decirte que
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