Página 185 - Mensajes para los J

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Fijarse una norma elevada
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Recuerden que en cualquier puesto que sirvan revelan qué móvil
los inspira y desarrollan el carácter. Cuanto hagan, háganlo con
exactitud y diligencia; dominen la inclinación a buscar tareas fáciles.
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Un servicio de todo corazón
El mismo espíritu y los mismos principios en los que uno se
inspira en el trabajo diario compenetrarán toda la vida. Los que bus-
can una tarea fija y un salario determinado, y desean dar pruebas de
aptitud sin tomarse la molestia de adaptarse o de prepararse, no son
los hombres a quienes Dios llama para trabajar en su causa. Quienes
procuran dar lo menos posible de sus facultades físicas, mentales y
morales, no son los obreros a quienes Dios puede bendecir abundan-
temente. Su ejemplo es contagioso. Los mueve el interés personal.
Los que necesitan ser vigilados no trabajan sino cuando se les se-
ñala una tarea bien definida, no serán considerados buenos y fieles
obreros. Se necesitan hombres de energía, integridad y diligencia;
que estén dispuestos a hacer cuanto deba hacerse.
Muchos se inutilizan porque, temiendo fracasar, huyen de las
responsabilidades. Dejan así de adquirir la educación que es fruto
de la experiencia, y que no les pueden dar la lectura y el estudio ni
todas las demás ventajas adquiridas de otros modos.
El hombre puede modelar las circunstancias, pero nunca debe
permitir que ellas lo amolden a él. Debemos valernos de las circuns-
tancias como de instrumentos para obrar. Debemos dominarlas, y
no consentir en que nos dominen.
Los hombres fuertes son los que han sufrido oposición y con-
tradicción. Por el hecho de que ponen en juego sus energías, los
obstáculos con que tropiezan les resultan bendiciones positivas.
Llegan a valerse por sí mismos. Los conflictos y las perplejidades
invitan a confiar en Dios, y determinan la firmeza que desarrolla el
poder.—
El Ministerio de Curación, 398-400
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Cómo aprovechar mejor la vida
Al paso que una buena educación es un gran beneficio cuando
el que la posee la combina con la consagración, los que no tienen
el privilegio de alcanzar grandes conquistas literarias no tienen por