Página 209 - Mensajes para los J

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Sembrar junto a todas las aguas
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La obra médico-misionera
La obra médico-misionera presenta muchas oportunidades para
servir. La intemperancia en el comer y la ignorancia de las leyes
de la naturaleza son causa de gran parte de las enfermedades que
existen, y están robando a Dios la gloria que se le debe. La falta de
negación de sí mismos incapacita a muchos del pueblo de Dios para
alcanzar la elevada norma de espiritualidad que Dios pone delante de
ellos. Enseñen a la gente que es mejor saber cómo mantenerse sanos
que cómo curar la enfermedad. Deberíamos ser educadores sabios, y
amonestar a todos contra la complacencia propia. Al ver la desgracia,
la deformidad y la enfermedad que se han extendido por el mundo
como resultado de la ignorancia, ¿cómo podemos contenernos de
hacer nuestra parte para alumbrar al ignorante y aliviar al doliente?
Muchos ignoran los principios del sano vivir porque las avenidas
del ser han sido cerradas por el tirano Prejuicio. Se puede prestar un
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buen servicio enseñando a la gente cómo preparar alimentos sanos.
Este ramo de la obra es tan esencial como cualquier otro que se
emprenda. Se deberían establecer más escuelas de cocina, y algunos
deberán trabajar de casa en casa, dando instrucciones en el arte de
cocinar alimentos sanos. Muchos, muchos serán rescatados de la
degeneración física, mental y moral mediante la influencia de la
reforma pro salud.—
The Review and Herald, 6 de junio de 1912
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