Capítulo 85—La Biblia como agente educador
Como agente educador, las Sagradas Escrituras no tienen rival.
La Biblia es la historia más antigua y más abarcante que los hombres
poseen. Vino directamente de la fuente de verdad eterna; y una mano
divina ha conservado su pureza a través de los siglos. Ilumina el
lejano pasado, donde en vano procura penetrar la investigación hu-
mana. Únicamente en la Palabra de Dios contemplamos el poder que
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echó los fundamentos de la tierra, y extendió los cielos. Únicamente
en ella podemos hallar un relato auténtico del origen de las naciones.
Únicamente en ella se nos da una historia de la familia humana, no
mancillada por el orgullo o el prejuicio del hombre.
La voz del eterno
En la Palabra de Dios la mente halla temas de la más profunda
meditación, las más sublimes aspiraciones. Allí podemos estar en co-
munión con los patriarcas y los profetas, y escuchar la voz del Eterno
mientras habla con los hombres. Allí contemplamos la Majestad de
los cielos tal como se humilló para hacerse nuestro sustituto y garan-
te, para luchar a solas con las potestades de las tinieblas y obtener
la victoria en favor de nosotros. Una reverente contemplación de
estos temas no puede menos que suavizar, purificar y ennoblecer el
corazón, y al mismo tiempo inspirar a la mente nueva fortaleza y
vigor.
Los que consideran como valiente y viril el tratar los requeri-
mientos de Dios con indiferencia y desprecio, revelan con esto su
propia insensatez e ignorancia. Mientras se jactan de su libertad e
independencia, realmente están en la servidumbre del pecado y de
Satanás.
La verdadera filosofía de la vida
Un claro concepto de lo que es Dios y de lo que él requiere que
seamos producirá en nosotros una sana humildad. El que estudia
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