Página 325 - Mensajes para los J

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Elementos para la edificación del carácter
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los que lo aman y sirven aquí. Él dejó su hogar celestial y vino
a un mundo desfigurado por el pecado, vino a un pueblo que no
lo apreciaba, que no amaba su pureza y santidad, que despreciaba
sus enseñanzas, y que finalmente lo entregó a la muerte más cruel.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo único,
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para que todo el que crea en él, no perezca, sino tenga vida eterna”
El aspecto exterior
Dios quiere algo a cambio de este gran sacrificio que ha hecho
en favor de ustedes. Quiere que sean cristianos, no solo de nombre,
sino en su manera de vestir y conversar. Quisiera que se conformaran
con vestir modestamente, no con volados y plumas y adornos inne-
cesarios. Desea que tengan modales atrayentes, modales que el cielo
pueda aprobar. ¿Defraudarán sus esperanzas, queridos jóvenes?
La apariencia exterior es frecuentemente un índice de lo que es
la mente, y deberíamos cuidar lo que exponemos para que el mundo
juzgue nuestra fe. Queremos que sigan a Jesús como hijos queridos,
obedientes a su expresa voluntad en todas las cosas. Queremos que
agraden a su Redentor buscando seriamente ese adorno interior. De
este modo, con la ayuda de Jesús, podrán vencer el yo día tras día.
El orgullo y el amor a la ostentación quedarán excluidos del corazón
y de la vida, y la mansedumbre y el amor a la sencillez recibirán
impulso. De este modo los jóvenes pueden llegar a ser un ejército
de fieles soldados de Cristo.
Vivimos en tiempos peligrosos, cuando los que profesan amar
y obedecer a Dios lo niegan en su vida diaria. “Habrá hombres
amantes de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos,
desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, des-
leales, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo
bueno, traidores, arrebatados, infatuados, amadores de los placeres
más que de Dios, tendrán apariencia de piedad, pero negarán su
eficacia”
Dios no quiere que sean hallados en esta clase, queridos
jóvenes. En su Palabra pueden aprender cómo evitar estos males y
ser vencedores al fin [...].
“Ellos lo han vencido por la sangre del Cordero, y por la palabra
del testimonio de ellos”
“Entonces los que veneran al Señor habla-
ron unos a otros. Y el Señor escuchó con atención. Y en su presencia