Capítulo 144—Rechazar las relaciones mundanas
Los jóvenes deberían considerar seriamente cuál ha de ser el
propósito y la misión de su vida, y echar el cimiento en una forma
tal que sus hábitos estén libres de mancha de corrupción. Si quieren
hallarse en condición de influir sobre otros, deben tener confianza
en sí mismos. El nenúfar del lago hunde sus raíces bien abajo de la
superficie de la basura y el cieno, y por su tallo poroso absorbe los
elementos que han de contribuir a su desarrollo y a poder lucir a la
luz su flor inmaculada para que repose pura sobre el seno del lago.
Rechaza todo lo que empañaría y echaría a perder su inmaculada
belleza.
Del nenúfar podemos aprender una lección: Aunque estemos
rodeados de influencias que tiendan a corromper la moral y arruinar
la vida, podemos negarnos a ser corrompidos y colocarnos donde las
malas compañías no puedan dañar nuestro corazón. Individualmente,
los jóvenes deberían buscar la compañía de quienes con paso firme
avanzan trabajosamente hacia arriba. Deberían esquivar la sociedad
de quienes absorben toda mala influencia, que son inactivos, y que no
tienen un ardiente deseo de alcanzar una elevada norma de carácter,
en quienes no se puede confiar como personas fieles a los principios.
Procuren los jóvenes relacionarse con los que temen y aman a Dios,
pues estos caracteres firmes y nobles son los representados por el
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nenúfar que abre su flor pura en el seno del lago. Rehúsan dejarse
modelar por las influencias que serían desmoralizadoras y solo re-
cogen para sí aquello que les ayudará a desarrollar un carácter puro
y noble. Tratan de conformarse al modelo divino.—
The Youth’s
Instructor, 5 de enero de 1893
.
Nuestras palabras como fuente de ayuda
Poco se conversa entre los cristianos en cuanto a los preciosos
capítulos de su experiencia. La obra de Dios es perjudicada y Dios
es deshonrado por el abuso que se hace del talento del habla. El
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