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Mensajes para los Jóvenes
acto de tentar es de Satanás, pero el de ceder es de ustedes. Toda la
hueste de Satanás no tiene poder para forzar al tentado a ceder. No
hay excusa para el pecado.
Mientras algunos de los jóvenes malgastan sus facultades en la
vanidad y la locura, otros disciplinan su mente, almacenando cono-
cimientos, ciñéndose la armadura para entrar en la batalla de la vida,
decididos a tener éxito. Pero no pueden hacer de la vida un éxito,
por alto que quieran subir, a menos que concentren sus intereses
en Dios. Si quieren volverse a Dios de todo corazón, rechazando
la lisonja de los que en el menor grado pudieran debilitar su buen
propósito, tendrán fuerza y confianza en Dios.
La verdadera felicidad no se halla en la diversión vana
Los que aman la sociedad satisfacen frecuentemente este gusto
hasta que llega a ser una pasión dominante. Vestir bien, concurrir
a lugares de diversión, reír, charlar de asuntos más livianos que la
vanidad; tal es el objeto de su vida. No pueden soportar la lectura de
la Biblia ni meditar en cosas celestiales. Se sienten desgraciados a
menos que haya algo que los excite. No tienen en sí el poder para
ser felices, sino que dependen, para tener felicidad, de la compañía
de otros jóvenes tan irreflexivos y temerarios como ellos. Dedican a
la locura las facultades que podrían ser dirigidas hacia propósitos
nobles.
El joven que halla gozo y felicidad en leer la Palabra de Dios y
en la hora de la oración, es constantemente refrescado por las co-
rrientes de la Fuente de la vida. Alcanzará una altura de excelencia
moral y una amplitud de pensamiento que otros no pueden conce-
bir. La comunión con Dios estimula los buenos pensamientos, las
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aspiraciones nobles, la percepción clara de la verdad y los elevados
propósitos de acción. Los que así ponen su vida en comunión con
Dios son reconocidos por él como sus hijos e hijas. Se elevan cada
vez más, obteniendo visiones más claras de Dios y de la eternidad
hasta que Dios hace de ellos conductos de luz y de sabiduría para el
mundo [...].
Los que moran en Jesús serán felices, alegres y gozosos en Dios.
La voz se caracterizará por un tono bajo, los actos y la música expre-
sarán la reverencia por las cosas espirituales y eternas, y de sus labios