El crecimiento en la gracia
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El examen del corazón
Examinad bien de cerca vuestro propio corazón y el estado de
vuestros afectos hacia Dios. Inquirid: ¿He dedicado los preciosos
momentos de hoy a tratar de complacerme, de entretenerme, o he he-
cho a otros felices? ¿He ayudado a los que tienen relación conmigo a
rendir una mayor devoción a Dios y a apreciar las cosas eternas? ¿He
llevado conmigo la religión a mi casa, revelando la gracia de Cristo
por mis palabras y mi conducta? ¿He honrado con mi respetuosa
obediencia a mis padres, guardando así el quinto mandamiento? ¿He
emprendido alegremente los pequeños deberes diarios, cumplién-
dolos con fidelidad, haciendo lo que podía para aligerar las cargas
de otros? ¿He guardado mis labios del mal y mi lengua de hablar
engaño? ¿He honrado a Cristo mi Redentor, quien dio su preciosa
vida para que estuviese a mi alcance la vida eterna?
Velad y orad
Queridos jóvenes, no descuidéis, al empezar el día, el orar fer-
vientemente a Jesús para que os imparta la fuerza y la gracia para
resistir las tentaciones del enemigo en cualquier forma que se pre-
senten; y si oráis fervientemente, con fe y contrición de alma, el
Señor oirá vuestra oración. Pero debéis velar lo mismo que orar.
Jesús ha dicho: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se
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os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla;
y al que llama se le abrirá. ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su
hijo pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará
una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas
dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los
cielos, dará buenas cosas a los que le piden?
Los niños y jóvenes pueden acudir a Jesús con sus cargas y
perplejidades y saber que él respetará sus súplicas y les dará preci-
samente lo que necesiten. Sed fervientes; sed resueltos. Presentad
la promesa a Dios, y luego creed, sin una duda. No esperéis sentir
emociones especiales antes que os parezca que el Señor contesta.
No indiquéis ningún modo particular en que el Señor deba obrar por
vosotros antes de creer que recibiréis las cosas que le pedís, sino
Mateo 7:7-11
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