La educación cristiana
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Majestad del cielo. Cristo fue el mayor educador que jamás haya
conocido el mundo.
Dios aceptará a los jóvenes con sus talentos y su caudal de
afecto si quieren consagrarse a él. Pueden alcanzar el más elevado
punto de grandeza intelectual, y si están equilibrados por el principio
religioso, pueden llevar a cabo la obra que Cristo vino del cielo a
realizar, y ser así colaboradores con el Maestro.
Los estudiantes de nuestros colegios tienen valiosos privilegios,
no sólo para obtener el conocimiento de las ciencias, sino también
para aprender a cultivar y practicar virtudes que les darán caracteres
simétricos. Son los responsables agentes morales de Dios. Dios
confía al hombre los talentos de la riqueza, la posición social y el
intelecto, para que los aproveche sabiamente. Ha distribuido estos
diversos dones proporcionalmente a la capacidad y las facultades
conocidas de sus siervos, encomendando a cada uno su obra (
Review
and Herald,
junio 21, 1887
).
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