Adiestramiento para el servicio
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causa de su infidelidad. No fueron industriosos y perseverantes y
tampoco fueron hasta el fondo de las cosas. No estuvieron dispues-
tos a comenzar desde la parte inferior de la escalera y con trabajo
paciente ascender peldaño tras peldaño hasta alcanzar la cumbre.
Anduvieron al resplandor de las chispas (sus vivos resplandores de
pensamiento) producidas por ellos mismos. No dependieron de la
sabiduría que solamente Dios puede dar. Su fracaso no se debió a su
falta de oportunidad, sino a su carencia de seriedad. No percibieron
que sus ventajas educacionales les eran valiosas, y así no avanzaron,
como podrían haberlo hecho, en el conocimiento de la religión y
la ciencia. Su mente y carácter no fueron equilibrados por los altos
principios de la rectitud.—
La Educación, 379
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