Capítulo 55—La aspiración de mejorar
Si cada uno comprendiese que tiene que rendir cuenta ante Dios
por su influencia personal, en ningún caso estaría ocioso, sino que
cultivaría sus aptitudes y adiestraría todas sus facultades para servir
a Aquel que lo ha comprado con su propia sangre.
Los jóvenes, especialmente, deben sentir la necesidad de educar
su mente y aprovechar toda oportunidad de adquirir conocimientos,
para prestar un servicio aceptable a Aquel que ha dado su preciosa
vida por ellos. Y nadie cometa el error de considerarse tan bien
educado que no necesite estudiar más los libros o la naturaleza.
Aproveche cada uno toda oportunidad con la cual ha sido favorecido
por la providencia de Dios, para adquirir todo lo que sea posible en
la revelación o la ciencia.
Deberíamos aprender a apreciar debidamente las facultades que
Dios nos ha dado. Si un joven tiene que empezar por el peldaño
más bajo de una escalera, no se debiera desanimar, sino resolverse a
subir escalón tras escalón hasta oír la voz de Cristo, diciendo: “Hijo,
ven más arriba. Bien hecho, siervo bueno y fiel; has sido fiel en unas
pocas cosas: yo te haré señor sobre muchas; entra en el gozo de tu
Señor”.—
Fundamentals of Christian Education, 213
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