Capítulo 75—La educación obtenida a expensas de
la salud
Algunos alumnos dedican todo su ser a los estudios, y concen-
tran su mente con el objeto de educarse. Hacen trabajar el cerebro,
pero dejan inactivas las facultades físicas. El cerebro se recarga, y
los músculos se debilitan porque no se los ejercita. Cuando estos
estudiantes se diploman, es evidente que han obtenido su educación
a expensas de la vida. Han estudiado día y noche, año tras año, man-
teniendo continuamente su mente en tensión, pero no han ejercitado
suficientemente sus músculos...
Las señoritas se entregan frecuentemente al estudio, y descuidan
otros ramos de la educación que son aún más esenciales para la vida
práctica que el estudio de los libros. Y después de haberse educado,
son con frecuencia inválidas para toda la vida. Descuidaron su salud,
permaneciendo demasiado encerradas entre cuatro paredes, privadas
del aire puro del cielo y de la luz solar que Dios nos da. Estas jóvenes
podrían haber salido de la escuela con salud, si hubiesen combinado
con sus estudios las labores caseras y el ejercicio al aire libre.
La salud es un gran tesoro. Es el bien más precioso que pue-
dan tener los mortales. La riqueza, los honores y el saber, se com-
pran a precio muy alto, si es con la pérdida del vigor y de la sa-
lud. Ninguna de estas cosas puede asegurar la felicidad, si falta la
salud.—
Consejos para los Maestros Padres y Alumnos acerca de la
Educación Cristiana, 218
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