Página 232 - Mensajes Para los J

Basic HTML Version

Capítulo 76—La insignia de la nobleza
Durante los tres años de adiestramiento, Daniel y sus compañe-
ros mantuvieron sus hábitos de moderación, su lealtad a Dios y su
dependencia constante de su poder. Cuando llegó el momento de
que el rey pusiese a prueba su capacidad y sus adelantos, fueron exa-
minados junto con otros candidatos para el servicio del reino. Pero
“no fueron hallados entre todos ellos otros como Daniel, Ananías,
Misael y Azarías”
Su penetrante percepción, su lenguaje escogido
y preciso, su vasto conocimiento, daban testimonio de la fuerza in-
tacta y del vigor de su potencia mental. Por causa de estos hechos
estuvieron delante del rey. “Y en todo asunto de sabiduría e inte-
ligencia que el rey les consultó, los halló diez veces mejores que
todos los magos y astrólogos que había en todo su reino”
Dios honra siempre la rectitud. En Babilonia se hallaban reuni-
dos los más promisorios jóvenes de todos los países sometidos al
gran conquistador y, sin embargo, entre todos ellos no tenían rival
los cautivos hebreos.
La forma erguida, firme, el paso elástico, el rostro bello, los
sentidos despiertos, el aliento sin contaminar, constituían la insignia
de la nobleza con que la naturaleza honra a los que son obedientes a
sus leyes.
Efectos de los habitos físicos sobre la mente
Haríamos bien en meditar en la lección que aquí se presenta.
La estricta obediencia de los requerimientos de la Biblia será una
[240]
bendición, tanto vara el cuerpo como para el alma. Los frutos del
Espíritu no consisten sólo en amor, paz y gozo, sino también en
temperancia. Se nos manda que no contaminemos nuestros cuerpos,
pues son templos del Espíritu Santo.
Daniel 1:19
.
Daniel 1:20
.
228