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El poder de la oración
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hombre que la de estar unido con el Dios infinito? El hombre débil
y pecaminoso tiene el privilegio de hablar a su Hacedor. Podemos
pronunciar palabras que alcancen el trono del Monarca del Universo.
Podemos hablar con Jesús mientras andamos por el camino, y él
dice: Estoy a tu diestra.
Toda oración sincera es contestada
Podemos comulgar con Dios en nuestros corazones; podemos
andar en compañerismo con Cristo. Mientras atendemos nuestro
trabajo diario, podemos exhalar el deseo de nuestro corazón, sin que
lo oiga oído humano alguno; pero aquella palabra no puede perderse
en el silencio, ni puede caer en el olvido. Nada puede ahogar el deseo
del alma. Se eleva por encima del trajín de la calle, por encima del
ruido de la maquinaria. Es a Dios a quien hablamos, y él oye nuestra
oración.
Pedid pues; pedid y recibiréis. Pedid humildad, sabiduría, valor,
aumento de fe. Cada oración sincera recibirá contestación. Tal vez
no llegue ésta exactamente como deseáis, o cuando la esperéis; pero
llegará de la manera y en la ocasión que mejor cuadren a vuestra
necesidad. Las oraciones que elevéis en la soledad, en el cansancio,
en la prueba, Dios las contestará, no siempre según lo esperabais,
pero siempre para vuestro bien.—
Obreros Evangélicos, 267-272
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