El valor del estudio de la Biblia
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La Biblia es el mayor maestro
¡Qué temas de meditación presentan las Sagradas Escrituras a
la mente! ¿Dónde pueden hallarse temas de contemplación más
elevados? ¿Dónde hay temas tan intensamente interesantes? ¿En qué
sentido son todas las investigaciones de la ciencia humana compara-
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bles en sublimidad y misterio con la ciencia de la Biblia? ¿Dónde
hay algo que así mueva la fuerza del intelecto a un pensamiento
profundo y serio?
Si permitimos que la Biblia nos hable, nos enseñará lo que nin-
guna otra cosa puede enseñarnos. Pero ¡ay! se espacia la mente en
cualquier otra cosa, excepto la Palabra de Dios. La literatura sin
valor, las historias ficticias son vorazmente devoradas, mientras la
Biblia, con todos sus tesoros de verdad sagrada, permanece descui-
dada sobre nuestras mesas. Si se hiciere de la Palabra Sagrada la
regla de la vida, refinará, elevará y santificará. Es la voz de Dios al
hombre. ¿Le prestaremos atención?
“La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los
simples”
Los ángeles están junto al que escudriña las Escrituras
para impresionar e iluminar la mente. El mandato de Cristo dirigido a
los discípulos hace mil ochocientos años: “Escudriñad las Escrituras;
porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas
son las que dan testimonio de mí”
tiene hoy para nosotros igual
fuerza que entonces. (
Review and Herald,
enero 11, 1881
).
[256]
Salmos 119:130
.
Juan 5:39
.