Página 261 - Mensajes Para los J

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La elección de la lectura
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libros en los cuales el autor añade una lección moral a la historia,
son una maldición para los lectores
. Los sentimientos religiosos
pueden estar entretejidos a través de toda una novela, pero, en la
mayoría de los casos, Satanás se halla vestido con ropas de ángel,
para engañar y seducir con más éxito. Nadie está tan confirmado en
los principios rectos y se halla tan seguro contra la tentación, que
pueda leer estas historias sin correr peligro.
Los lectores de novelas fomentan un mal que destruye la es-
piritualidad y eclipsa la belleza de la página sagrada. La novela
crea una excitación malsana, enardece la imaginación, incapacita la
mente para ser útil, separa al alma de la oración y la descalifica para
cualquier práctica espiritual.
Dios ha dotado a muchos de nuestros jóvenes de aptitudes su-
periores, pero con demasiada frecuencia ellos, por la imprudente
elección de su lectura, han enervado sus facultades y debilitado sus
mentes de modo que durante años no han crecido en gracia o en
el conocimiento de las razones de nuestra fe. Los que esperan la
pronta venida del Señor, los que aguardan ese maravilloso cambio
en que “esto corruptible” será “vestido de incorrupción”
deberían
colocarse en un plano más elevado de acción en este tiempo de
gracia.
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Mis queridos jóvenes amigos, examinad vuestra propia expe-
riencia en lo que se refiere a la influencia de las historias excitantes.
¿Podéis, después de una lectura tal, abrir la Biblia y leer con interés
las palabras de vida? ¿No encontráis falto de interés el Libro de
Dios? El encanto de esa historia de amor, envuelve la mente, destru-
yendo su tono sano e impidiéndoos fijar la atención en las verdades
importantes, solemnes, que conciernen a vuestro bienestar eterno.
Desechad resueltamente toda lectura despreciable. No fortalecerá
vuestra espiritualidad, sino antes introducirá en la mente sentimien-
tos que pervertirán la imaginación, haciéndoos pensar menos en
Jesús y espaciaros menos en sus preciosas lecciones. Mantened la
mente libre de todo lo que la haga ir en dirección errónea. No la
abruméis de historias despreciables que no imparten fuerza a las
facultades mentales. Los pensamientos son del mismo carácter que
el alimento dado a la mente.
1 Corintios 15:54