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Capítulo 99—El espíritu de sacrificio
El Espíritu codicioso y la ambición por ocupar puestos elevados
y ganar grandes sueldos es corriente en el mundo. Rara vez se
encuentra el antiguo espíritu de abnegación y sacrificio. Pero es
éste el único espíritu que puede impulsar a un verdadero seguidor
de Jesús. Nuestro divino Maestro nos ha dado ejemplo de cómo
debemos trabajar. Y a aquellos a quienes ordenó: “Venid en pos
de mí, y os haré pescadores de hombres”
él no ofreció ninguna
suma estipulada como recompensa por sus servicios. Ellos debían
compartir con él su abnegación y sacrificio.
Los que dicen ser seguidores del Artífice Maestro y se ocupan
en su servicio como colaboradores de Dios, han de aportar a su
trabajo la exactitud y la habilidad, el tacto y la sabiduría que el Dios
de perfección requería en la edificación del tabernáculo terrenal.
Y ahora como en aquel tiempo y como en los días del ministerio
terrenal de Cristo, la devoción a Dios y el espíritu de sacrificio
deberían ser considerados como los principales requisitos de un
servicio aceptable. Según el plan de Dios, no ha de entretejerse en
su obra ni un hilo de egoísmo (
Review and Herald,
enero 4, 1906
).
Señales de la gracia en el corazón
La humildad, la abnegación, la benevolencia y la fiel devolución
del diezmo, muestran que la gracia de Cristo obra en el corazón.—
Counsels on Health, 590
.
[302]
Mateo 4:19
.
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